Autor: Carlos González
En la política, a menudo nos encontramos con figuras que juegan un peligroso juego de poder y egoísmo, dejando a su paso un rastro de irresponsabilidad y desigualdad. En el contexto panameño, este juego se ha vuelto especialmente evidente con el partido político Cambio Democrático, cuyo líder vencido, un tirano defensor de los intereses de los poderosos, ha secuestrado al partido y lo utiliza para beneficiarse a sí mismo y a una élite privilegiada en detrimento del pueblo. Ha traicionado la misión fundacional del partido que sigue vigente, menos para él: luchar por mejorar la calidad de vida de todos los panameños.
En Panamá, los “zonians” eran aquellos que vivían en la zona del canal, gozando de altos recursos y de una calidad de vida notablemente superior en comparación con los panameños. Bajo el liderazgo del tirano Zonian, el partido Cambio Democrático ha perdido su verdadero propósito, convirtiéndose en una herramienta para perpetuar la injusticia y la desigualdad en lugar de servir a los intereses del pueblo.
La irresponsabilidad del tirano y su juego político se manifiestan en múltiples aspectos. En primer lugar, su enfoque se centra exclusivamente en proteger y favorecer a los poderosos, sin considerar las necesidades y derechos del pueblo panameño. Los intereses particulares de una minoría privilegiada priman sobre el bienestar general, lo que conduce a un aumento de la brecha socioeconómica y a una mayor exclusión de los sectores más vulnerables de la sociedad.
Además, este juego de irresponsabilidad se traduce en una política ineficiente y corrupta. El tirano zonian utiliza su posición para otorgar contratos y beneficios a sus allegados, promoviendo la impunidad y el nepotismo. El dinero y los recursos del país se dilapidan en proyectos que no benefician a la mayoría, mientras que las necesidades básicas de la población, como la educación, la salud y la seguridad, quedan desatendidas.
El pueblo panameño es el gran perdedor en este juego perverso de la irresponsabilidad. Se ve privado de oportunidades de desarrollo y de una calidad de vida digna, mientras observa cómo el tirano y los poderosos se benefician de su sufrimiento. La falta de transparencia y rendición de cuentas en la gestión del partido Cambio Democrático solo refuerza la sensación de impotencia y desesperanza en la sociedad.
Es fundamental que los ciudadanos tomen conciencia de este juego de la irresponsabilidad y se unan en defensa de la justicia y la democracia. Panamá merece un liderazgo político responsable, comprometido con el bienestar común y la igualdad de oportunidades. La participación ciudadana activa, el escrutinio público y la exigencia de rendición de cuentas son herramientas poderosas para cambiar el rumbo y recuperar el verdadero espíritu democrático.
El juego de la irresponsabilidad representado por el tirano zonian, es una amenaza para el bienestar y la equidad en Panamá. El pueblo sufre las consecuencias de un liderazgo político que privilegia a los poderosos en lugar de velar por el interés general. En este juego el único ganador es Rómulo. El pueblo pierde, todos pierden menos él.