El peronista Sergio Massa ganó el domingo la primera vuelta de las elecciones argentinas con un porcentaje de 36.7% de los votos y disputará al ultra Javier Milei con un 30% la presidencia en la segunda vuelta del 19 de noviembre, para definir quién será el futuro gobernante de Argentina desde el 10 de diciembre del actual año.
El panorama político en argentina ha cambiado drásticamente, La ultraderecha con ese domingo con apenas tres diputados en todo el congreso argentino, se a convertido en la tercera fuerza tanto a diputados como senadores. Milei a conseguido 35 bancas nuevas en la cámara baja donde ampliado su bloque a 38 de los 257 diputados en cámara, los ultras han conseguido 8 de los 72 asientos. Javier Milei ha comenzado a explorar posibles alianzas para contrarrestar esta victoria. Algunos de ellos expresaron su descontento y plantearon dudas sobre la integridad de los resultados, aunque hasta el momento no se han presentado pruebas que respalden alegaciones de un fraude electoral.
Durante el discurso postelectoral del candidato “ultra”, una multitud coreaba: “En noviembre, sea cual sea el costo, tenemos que ganar en noviembre”.
Massa, la principal figura del gobierno de centro-izquierda argentino, optó por mantenerse en el cargo de ministro con la idea de que “la campaña es la gestión”. Estas elecciones se vieron marcadas por la irrupción de Milei, quien era el favorito de las encuestas tras sacudir el tablero político de este país inmerso en una crisis económica que parece interminable, con una inflación de casi 140%. “Estamos preparados para hacer el mejor gobierno de la historia”, declaró Milei al votar este domingo, día en que también cumplió 53 años. Podemos finiquitar que no importa quien gobierne a partir del próximo 10 de diciembre, ni Massa ni Milei podrán tener el control total de congreso, Para muchos, esta elección marca el inicio de un cambio que consideran inevitable en el país.
