Warmi Imbabura de la Prefectura Ciudadana de Imbabura, socializó los resultados de la Primera Encuesta Provincial sobre Violencia Basada en Género – Imbabura 2025, un estudio pionero a nivel nacional desarrollado por la consultora Clima Social con el respaldo técnico y financiero de la Cooperación Alemana GIZ
Este hito metodológico y político, desde un enfoque interseccional, intercultural y plurinacional, proporciona una radiografía estadísticamente representativa sobre las múltiples violencias que enfrentan las mujeres en los seis cantones de la provincia. El evento, realizado en la ciudad de Ibarra, convocó a autoridades locales, representantes de la academia, organizaciones sociales, liderazgos comunitarios y ciudadanía, consolidándose como un espacio estratégico de análisis para el diseño y fortalecimiento de políticas públicas de prevención, atención y reparación.
Hallazgos clave: un diagnóstico estructural de la violencia de género
Los resultados evidencian un escenario alarmante y persistente de violencia:
• El 55,1 % de las mujeres encuestadas manifestó haber sufrido algún tipo de violencia de género a lo largo de su vida.
• Tipologías más frecuentes:
Violencia psicológica: aparece como la forma más extendida, vinculada a prácticas de control, humillación, amenazas y desvalorización. (41.70%)

Cantones con mayores prevalencias:
• Urcuquí (61,2 %)
• Antonio Ante (60 %)
• Otavalo (56,2 %)

Violencias por ámbito de ocurrencia
• Educación: El 64,6 % de agresores son pares varones; el 18,7 % corresponde a personal educativo.
• Trabajo: El 52,1 % ha sufrido violencia laboral; clientes (32,6 %) y jefaturas (20,7 %) son los principales agresores.
• Familia: El 29,8 % ha enfrentado violencia dentro del núcleo familiar.
• Pareja (últimos 12 meses):
o Mujeres kichwas: 24,3 %
o Afrodescendientes: 21 %
o Mestizas: 19,5 %
• Comunidad: Se registran agresiones en mingas, cabildos, ferias y espacios públicos. Mujeres indígenas y afrodescendientes identifican prácticas sistemáticas de discriminación y violencia simbólica, frecuentemente naturalizadas.
Factores estructurales y condiciones de vulnerabilidad
El estudio también devela graves inequidades socioeconómicas que perpetúan la violencia:
• 83,6 % de mujeres no accede a seguridad social.
• Solo el 7,6 % tiene empleo formal.
• 63,9 % de los hogares presentan ingresos bajos o medio-bajos.
• Solo el 3,1 % de mujeres logra generar ahorro.
Además, el 28,2 % reporta dificultades visuales, el 7,3 % auditivas y el 17,9 % limitaciones motrices. No obstante, apenas el 2,3 % posee una calificación oficial de discapacidad. El 6 % presenta enfermedades catastróficas, situación que incrementa la necesidad de atención diferenciada.
Violencia hacia las mujeres en el ámbito social y comunitario.
De acuerdo a los resultados de la Encuesta de Imbabura, el 35,7% de las mujeres en la provincia han sufrido algún tipo de violencia en el ámbito comunitario a lo largo de la vida. Este tipo de violencia comunitaria también se puede expresar en los espacios públicos que forman parte de la vida cotidiana de las mujeres, como mercados, calles y transporte público.
A nivel provincial, el 29,8 % de las mujeres mayores de 18 años ha sido víctima de violencia en el ámbito familiar a lo largo de su vida. Las mujeres del pueblo Kichwa de Imbabura, enfrentan una mayor exposición a violencia familiar, lo que refleja una intersección entre género, etnicidad, ruralidad y barreras estructurales para el acceso a justicia y a servicios de protección.

La Encuesta Provincial de Violencia Basada en Género contra las Mujeres en Imbabura constituye un estudio territorial, intercultural y pionero a nivel nacional. Su universo estuvo conformado por mujeres de 18 a 65 años residentes en la provincia, y se aplicó tanto en zonas urbanas como rurales. En total, se levantaron 2.601 encuestas válidas, con un margen de error de ±1,95 y un nivel de confianza del 95%, lo que otorga solidez estadística a los resultados. Además, la encuesta adopta un enfoque plurinacional e intercultural, incorpora adaptaciones lingüísticas al Kichwa y considera ámbitos de violencia tradicionalmente invisibilizados en estudios nacionales.



