El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha dejado claro que uno de sus principales pedidos a Ecuador es impulsar la explotación minera como parte del acuerdo financiero vigente. Aunque en esta etapa ya no exige nuevos impuestos ni fuertes recortes al gasto público, sí plantea condiciones que apuntan a cambiar la forma en que el Estado maneja sectores clave de la economía, especialmente la minería.
Según los compromisos del programa firmado con el FMI, el Gobierno de Daniel Noboa deberá avanzar hasta 2026 en la reapertura del catastro minero, es decir, el registro que permite entregar nuevas concesiones. Para el organismo internacional, este paso es clave para atraer inversión privada y generar más ingresos para el país. La minería es vista como una fuente rápida de dólares, pese a los conflictos sociales y ambientales que ha generado en varias zonas del Ecuador.
Analistas económicos señalan que el Gobierno ha sido especialmente obediente con las exigencias del FMI. De acuerdo con un análisis de Walter Spurrier y Alberto Acosta Burneo, Ecuador ya ha cumplido más de la mitad del ajuste fiscal comprometido para todo el período 2024-2028. En solo dos años, el Ejecutivo logró reducir el déficit en 3,5 puntos del PIB, lo que demuestra —según expertos— una actitud muy alineada con los pedidos del organismo internacional.
Un informe de Análisis Semanal destaca que “lo más duro del ajuste ya pasó”, lo que explica por qué ahora el FMI se concentra en cambios estructurales y no en nuevos recortes. Sin embargo, estos cambios no son menores: incluyen mayor control financiero, reformas en la seguridad social y reglas más claras para sectores estratégicos como la minería.
Para el analista Sebastián Angulo, esta etapa marca un giro en la relación con el FMI. “El acuerdo entra en una fase donde el Gobierno prioriza cumplir cada pedido del Fondo, especialmente en áreas que facilitan la inversión privada, como la minería”, señala. El reto, advierte, será medir si estas decisiones realmente benefician al país o solo responden a las condiciones impuestas desde afuera.
Mientras tanto, el avance minero se consolida como una de las principales exigencias del FMI y una de las apuestas más claras del Gobierno de Daniel Noboa para mantener el respaldo financiero internacional.
vía: La Hora
