El estado de excepción faculta al estado actuar a través de la fuerza pública, ejerciendo mecanismos de control, punitivos y violentos tanto en los lugares públicos como en los lugares privados. Así los militares bajo esta figura pueden allanar domicilios sin una orden previa, circular por las calles y pedir documentos, hacer requisas. El uso de la fuerza generalmente está sujeto a discreción de la autoridad competente. De ahí la necesidad de estar observantes, pues en diversas ocasiones ha habido uso excesivo de la fuerza hacia la población civil, allanamientos que terminaron en saqueos, maltrato y violencia hacia la población civil e inculpación injusta y sin pruebas a personas inocentes generalmente mujeres, jóvenes y personas de distinta condición étnica, condición no nacional o afrodescendientes.
Si bien el país atraviesa una situación compleja llamamos a la ciudadanía, a los organismos públicos y privados, a las autoridades nacionales, cantonales, juntas parroquiales a actuar con mesura y permanecer vigilantes de las acciones de la fuerza pública, de las acciones de los grupos organizados que desde hace meses operan en el país.
Estamos en una conmoción interna, más sin embargo no creemos que se debe provocar el enfrentamiento armado, menos aun hablar de un conflicto armado interno.
Es necesaria la intervención de los organismos internacionales para que exista una mediación internacional que ayude a salir de este agujero en el que el Presidente Noboa nos ha puesto. Es necesaria la mediación internacional para no vivir una guerra interna y buscar otras alternativas que no impliquen la muerte.