«Ante nuestra legítima protesta, hemos enfrentado una escalada de violencia y militarización. Hemos sido víctimas de represión con armas letales, golpes, heridas y difamación. Nuestro compañero Efraín Fueres fue víctima de una ejecución extrajudicial. Contamos con cientos de heridos y hemos sido sometidos a terror psicológico, con cortes de luz, teléfono e internet.
Vehículos armados han irrumpido en nuestros territorios, violando nuestra autonomía, autodeterminación y los derechos colectivos de nuestros pueblos. Han entrado en nuestras casas, agrediendo a nuestra gente, incluyendo a adultos mayores, mujeres y niños. Nos hemos visto forzados a buscar refugio en las quebradas para proteger a nuestros hijos de quienes deberían garantizar nuestra seguridad y protección.
El 22 de septiembre, cientos de militares y policías reprimieron a la población. Un adolescente de 17 años estuvo desaparecido por varias horas, y Gina Cahuasqui, fue detenida e incomunicada. Ella, junto a otras 12 personas, enfrenta acusaciones de terrorismo.
Entre el 27 y 28 de septiembre, fuimos atacados durante la noche, como si fuéramos enemigos de guerra. Nos agredieron en la oscuridad, cortando todos los servicios básicos y fundamentales para impedir nuestra comunicación, generando la terrible idea de que seríamos asesinados. Nos atacaron infundiendo terror, y todo por exigir dignidad para nuestros pueblos, agricultores y artesanos, por pedir justicia y diálogo.
La noche del 29, salimos a buscar refugio en las quebradas y los bosques. Nuestros niños estaban aterrorizados, temiendo otro ataque, otra masacre. Lo que estamos viviendo en nuestras comunidades es un terror psicológico constante.»
Extracto de la participación de Martha Túquerez, Presidenta de la UNORCAC, en la Comisión de Garantías Constitucionales de la Asamblea Nacional del Ecuador








