La pobreza en Ecuador alcanza la tasa más alta desde la pandemia de Covid-19. Mientras que el empleo informal tiene cifras históricas desde hace 17 años.
El aumento de la pobreza y el crecimiento del empleo informal marcaron el cierre de 2024 en Ecuador, reflejando una situación económica compleja para miles de ecuatorianos. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la tasa de pobreza por ingresos alcanzó un 28% en diciembre de 2024, lo que significa que alrededor de 5,2 millones de personas viven con ingresos inferiores a USD 91,43 mensuales. Esta cifra representa un incremento de dos puntos porcentuales en comparación con diciembre de 2023, cuando la pobreza era del 26%, y se ubica como la más alta desde junio de 2021, en plena emergencia sanitaria por Covid-19.
Al incremento de la pobreza lo acompaña el crecimiento en el empleo informal, que ha absorbido a muchas personas que han quedado fuera del empleo adecuado, que en diciembre de 2024 llegó a su nivel más bajo del año, con un 33%. En contraste, el subempleo, que incluye a quienes trabajan menos de 40 horas a la semana o ganan por debajo del salario mínimo, aumentó significativamente, pasando del 21,2% en diciembre de 2023 al 24,5% a finales de 2024.
La pobreza por ingresos es una medida que determina si una persona o un hogar vive en condiciones de pobreza en función de sus ingresos. Específicamente, se define como aquellas personas que ganan menos que un umbral establecido, conocido como línea de pobreza. Este umbral varía de acuerdo con el costo de vida de cada país y puede ajustarse por factores como la cantidad de personas que integran un hogar.
En el caso de Ecuador, por ejemplo, la línea de pobreza por ingresos se establece en un monto específico (en diciembre de 2024, se calculaba que las personas que ganaban menos de USD 91,43 al mes estaban bajo esta línea). Si una persona o familia no alcanza a ganar esa cantidad mínima, se considera que vive en pobreza.
Es una forma de medir la pobreza directamente vinculada a la capacidad económica de las personas para satisfacer sus necesidades básicas, como alimentación, vivienda y educación, con el criterio de que los ingresos por debajo de ese umbral no permiten cubrir esas necesidades de manera adecuada.
La pobreza extrema también aumentó, pasando de 9,8% en diciembre de 2023, a una tasa 12,7%, al cierre de 2024.
Para diciembre 2024, el INEC consideraba a una persona pobre ‘por ingresos’ si el ingreso familiar per cápita es menor a USD 91,43 mensuales. Y a una persona en pobreza extrema, si percibe menos de USD 51,53 al mes
El empleo informal, que a menudo implica condiciones precarias, ha sido un refugio para quienes no logran acceder a trabajos formales. Estos trabajadores enfrentan mayores inseguridades laborales, con salarios más bajos y menor protección social. La combinación de una mayor pobreza y la expansión del empleo informal refleja una vulnerabilidad creciente para un sector amplio de la población ecuatoriana, que lucha por acceder a condiciones laborales dignas mientras enfrenta la creciente presión de la crisis económica.
