Entre el 23 de noviembre de 2023 y el 31 de octubre de 2025, Ecuador acumuló 15.561 casos catalogados como 4s3sin4t*, una cifra que expone la falta de resultados de la estrategia de seguridad aplicada durante la administración de Daniel Noboa, basada en estados de excepción y militarización.
A lo largo de estos dos años, el país registró un promedio de 22 hechos violentos diarios, lo que implica que en territorio ecuatoriano ocurre un caso de 4s3sin4t* aproximadamente cada 66 minutos. Los datos también muestran que los feriados y días de descanso se han convertido en momentos especialmente críticos, reflejando un cambio inquietante en los patrones delictivos.
Para 2025, la situación alcanzó un punto crítico. Solo entre enero y octubre se reportaron 7.553 homicidios intencionales, con un promedio de 25 hechos diarios. De mantenerse esta tendencia hasta el cierre del año, el país podría llegar a 9.069 casos y alcanzar una tasa de 50,01 por cada 100.000 habitantes, lo cual posicionaría al 2025 como el año más violento de la historia nacional y ubicaría a Ecuador como el país con mayor inseguridad en Latinoamérica.
La violencia ha afectado especialmente a la población más joven. En este periodo se registraron 940 menores de edad víctimas, de los cuales 853 eran adolescentes de entre 12 y 17 años, el grupo más golpeado. Además, 87 niños de menos de 11 años se encuentran entre las víctimas contabilizadas.
Las estadísticas, en conjunto, revelan un país en alerta roja permanente, donde la criminalidad continúa avanzando pese al ofrecimiento gubernamental de aplicar el plan Fénix, cuyos resultados aún no son evidentes. A esto se suma la escasa inversión en las causas estructurales que inciden directamente en el incremento del crimen. La única respuesta visible del gobierno ha sido la militarización y la propuesta de construir mega cárceles.
Vía: Primicias



